El Arca de Noé y el Desengrasante "El Milagrito", más de 40 años juntos.

En la vibrante década de los 80, una sinfonía de cambios se desató en la escena sevillana, y dos iconos, cada uno con su propia leyenda, se unieron para escribir un capítulo único en la historia de la ciudad: El Arca de Noé y El Milagrito, el desengrasante que conquistó corazones desde su nacimiento.

En el corazón de Triana, el bullicioso barrio de Sevilla, El Arca de Noé se alzaba como un faro de tradición y variedad, ofreciendo a la comunidad una mezcla encantadora de productos especializados. Este icónico establecimiento, que se remonta a sus raíces como Casa Mediavilla en los años 50, se transformó en un referente multifacético que abastecía desde ferretería y pinturas hasta cosméticos y droguería.

Al mismo tiempo, en los laboratorios de Fabrienvaf Nuca, nacía un producto revolucionario: NUCA, un desengrasante que pronto sería conocido como El Milagrito. Aunque inicialmente bautizado como NUCA, el boca a boca en Huelva lo transformó en "el quitamanchas milagroso". La magia no solo residía en su fórmula, sino en cómo los consumidores lo adoptaron con entusiasmo, convirtiéndolo en El Milagrito, un título nacido del asombro y la admiración por las propiedades de limpieza de este singular desengrasante de origen andaluz.

A medida que los 80 avanzaban, El Arca de Noé consolidaba su posición como un pilar en el panorama comercial de Sevilla. Y fue en esta década cuando El Desengrasaste NUCA, con su aura milagrosa, ingresó triunfalmente a los estantes de El Arca de Noé. La conexión entre estos dos íconos se fortaleció, tejida con la confianza de los clientes que buscaban no solo productos, sino experiencias.

Ya con la sede de Tomares en activo, El Arca de Noé siguió comercializando los productos de Nuca Max; eran tiempos en los que Nuca proporcionaba anilinas para madera, cera natural para reparación en madera, el Desengrasante Nunca, Silicona líquida Nuca Paint, tintes en polvo y toda una categoría de productos de construcción y reformas como cemento, cemento cola, yeso o escayola.

El Arca de Noé, fiel a su compromiso de proporcionar lo mejor, se convirtió, como miles de droguerías en Andalucía, en el hogar de lo que posteriormente se acabaría conociendo como el Desengrasante El Milagrito. Cada botella en sus estantes no solo era un producto, sino un fragmento de la magia que había definido una década y una ciudad entera.

El Arca de Noé ha comercializado los productos de Nuca Max durante más de 40 años; siguiendo con la tradición, fue a principios de 2017 cuando a través del proyecto Arcashop.es, El Arca de Noé siguió ofreciendo el Desengrasante Milagrito en su portal web, alcanzando la venta de más de 1000 unidades en los primeros años de Arcashop.es, siendo Arcashop.es una de los primeras tiendas on-line que comercializaron El Milagrito en internet.

Así como Casa Mediavilla adoptó el entrañable nombre de "El Arca de Noé" por parte de sus clientes en Triana, el desengrasante Nuca también fue bautizado por el cariño y la idiosincrasia de sus usuarios en Huelva. Este nombre, impregnado con el arte andaluz y la magia que solo esta región puede ofrecer, pronto trascendió las fronteras de la provincia para convertirse en un emblema andaluz.

La conexión entre el desengrasante y la tierra andaluza no solo se limitaba a sus propiedades químicas como producto de limpieza ideal para baños y cocinas, sino que se tejía con historias de hogares limpios y soluciones mágicas para las manchas más difíciles. La denominación "El Milagrito" surgió del asombro y la admiración de aquellos que experimentaron la efectividad del producto, y como un eco encantador, resonó en toda Andalucía.

Con el tiempo, la fama de El Milagrito se extendió más allá de las fronteras de Huelva y Sevilla, conquistando cada provincia andaluza y alcanzando renombre a nivel nacional a partir de 2018. La mezcla de su eficacia y el encanto andaluz hicieron que El Milagrito se convirtiera en uno de los desengrasantes más reconocidos en toda España, con el spot lanzado por Nuca Max, el Milagrito alcanzó su popularidad hasta convertirse en un icono en los hogares andaluces y españoles.

Hoy en día, el nombre "El Milagrito" evoca no solo la calidad de un desengrasante, sino también una historia compartida de confianza, eficacia y el carácter cálido y acogedor de Andalucía. Es un testimonio del poder que tiene una conexión auténtica entre un producto y su comunidad, una historia que comenzó en Sevilla y que, con el tiempo, ha iluminado los hogares de toda España.